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La imagen de Dios para su iglesia, cuando funciona como había sido pensado, es una analogía a un cuerpo. De hecho, nos llama su cuerpo en la tierra. Todos los seguidores de Cristo tienen dones únicos, talentos y recursos que Dios nos ha dado a cada uno de acuerdo a su propósito - los brazos, ojos, oídos, y pies que Dios utiliza para hacer su voluntad por medios de su iglesia local. Por esta razón, el deseo de Dios no es de que solo "aventemos algunos dólares en la canasta" el domingo, sino vernos a nosotros diferentemente - como interdependientes, únicas parte de la obra de Dios por medio de nosotros como su iglesia. Diezmamos de regreso a Él por medio de la iglesia local, en la que participamos y de la cual nos beneficiamos, pues la iglesia nos equipa, moviliza y organiza para funcionar como su cuerpo al alcanzar a los que están lejos de Dios, sirviendo a las necesidades de la comunidad, y edificándonos unos a otros por medio del amor (Efesios 4:11-16). Cuando todos los que están comprometidos a seguir a Cristo en una iglesia local dejan que los recursos fluyan libremente hasta la obra de Dios por medio de la iglesia, la iglesia es empoderada para hacer mas de su obra - cada organización necesita recursos para funcionar. Cuando damos a la iglesia local en la que participamos y de la cual nos beneficiamos espiritualmente, nuestros corazones siguen nuestro dar. Dar es mas que solo el diezmo, pues eso es solo regresarle a Dios lo que es de Él. Te desafiamos a que des un paso en el dar extravagantemente por arriba y más allá de lo requerido.
