Todos nos hemos quedado cortos respecto al sueño original de Dios para nuestras vidas.
¿Cómo vives el sueño de Dios a pesar de las malas decisiones del pasado?
1. Aceptar honestamente la responsabilidad por mis malas decisiones.
Pedro toma tres decisiones realmente malas, pero lo hace por cuatro razones muy comunes: el orgullo, la fatiga, miedo a la desaprobación, y placer a corto plazo. A Jesús no le sorprenden nuestros fracasos en la vida. Jesús quiere que ayudes a los demás con lo que aprendiste de tus errores.
Parte del sueño de Dios para tu vida es tomar las lecciones de tus errores y ayudar a otra persona.
2. Humildemente pido la misericordia y el perdón de Dios.
En el salmo 51 encontramos como hacer la oración de misericordia y perdón a Dios. Cuando hayas cometido cualquier tipo de error o pecado o maldad o lo que sea, puedes decir estas ocho cosas a Dios.
Ten compasión de mí,
Borra mis transgresiones.
Lávame de toda mi maldad
Límpiame de mi pecado
Que tú amas la verdad en lo íntimo;
Crea en mí, oh, Dios, un corazón limpio,
renueva la firmeza de mi espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación;
Dios dice que tu pasado es parte del plan que quiere, incluso usar las partes malas de tu vida para el bien. Vas a pasar por dolor en la vida. No lo desperdicies. Esta es la diferencia entre los creyentes y los no creyentes. Todo el mundo tiene el mismo tipo de dolor. La diferencia es que los creyentes lo utilizamos para ayudar a los demás. Lo utilizamos para el bien, lo redimimos. Y Dios dice: eso es lo que quiero hacer.
Dios espera que utilice mis errores para ayudar a los demás.
3. Agradecidamente acepto la gracia de Dios y me perdono a mí mismo.
En esa primera mañana de Pascua, las seguidoras de Jesús corren al sepulcro. Cuando llegan allí, el ángel les anuncia que Jesús tiene razón. Y luego le da una tarea a la mujer. Él dice:
7 pero vayan a decirles a los discípulos y a Pedro:
Marcos 16:7 NVI
¿Por qué señaló a Pedro por su nombre? Porque el Señor sabía que Pedro no se había perdonado a sí mismo. Cargaba con la mayor parte de la culpa por los fracasos de las dos noches anteriores. Necesitas poseer esta verdad en tu vida para pedirle misericordia a Dios. Y luego... perdonarte a ti mismo.
Tu pasado no invalida lo que Dios quiere hacer con tu vida.